ENTREVISTA ANDALUCIA UNICA

ENTREVISTA     ANDALUCIA  UNICA 

José Aguilar, profesional hotelero de la Costa del Sol

 

“Todos vivimos anécdotas, sólo que a veces no les damos importancia”

José Aguilar ha publicado un libro sobre historias en los hoteles que ha sido un éxito

Por Rocío González
Última actualización 26/02/2011@17:02:50 GMT+1
Este veterano profesional que ha dedicado toda su vida a la hotelería comenzó a trabajar a finales de los sesenta como conserje en uno de los hoteles más importantes de Europa en aquella época, el Meliá Don Pepe de Marbella. José Aguilar, además de ejercer su labor en diversos puntos de la geografía española, cuenta con una extensa formación. Ha sido delegado de la Asociación de Conserjes Las Llaves de Oro para la Costa del Sol y actualmente, después de 42 años de profesión, continúa en el Hotel Meliá Costa del Sol de Torremolinos, se dedica a formar a los nuevos profesionales y da charlas en las escuelas de Turismo.
El libro, publicado por la editorial Grupo Planeta, recopila casi 300 pequeñas historias.
En sus ratos libres, ha recopilado sus mejores momentos en el libro ‘Anécdotas de Hoteles’, publicado por la editorial Grupo Planeta, en el que aparecen historias de robos, paquetes sorpresa, engorros, clientes nudistas, confundidos, políticos y tiene lugar algún que otro malentendido. 

- Todas estas anécdotas, ¿son notas que ha ido tomando a lo largo de su vida o las recordaba todas?
La cabeza no da para cuarenta años; cuando empecé en el Meliá Don Pepe en el año 69 teníamos muchos clientes importantes: condes, autoridades políticas, artistas famosos, personajes de la vida social, etc. Al cuarto día de estar allí me ocurrió algo curioso, lo anoté y lo guardé. Después, todo lo que me parecía raro lo apuntaba; fui recopilando todas las anécdotas y guardándolas.

- ¿Qué le motivó a escribir este libro?
Hace unos seis años, el director del hotel en el que trabajo -Meliá Costa del Sol- Enrique Cibantos, me sugirió que pasara mis notas a ordenador e intentara hacer un libro. Decidí que lo haría cuando faltara poco para mi jubilación. Él fue el que me motivó e incluso me propuso que lo enviara a la editorial Planeta. A mis amigos les interesaban mucho estas historias, y pensé que le podrían gustar también al resto de la gente.

- ¿Ha vivido todas las historias que cuenta?
Algunas las he vivido en primera persona y otras les han ocurrido a compañeros de la profesión, pero todas son reales y creíbles. Cuando decidí hacer el libro me puse en contacto con ellos para que me contaran sus historias. Sus nombres aparecen al final del libro ordenados alfabéticamente, por lo que no se sabe de quién es cada una. Todos vivimos anécdotas, siempre pasan cosas, sólo que a veces no le damos importancia. Yo soy bastante observador y le iba preguntando a la gente. En los hoteles pasan muchas cosas a diario; son como pequeños pueblos; hay oficios muy variados: camareros, recepcionistas, gobernantas, etc.

- ¿Qué abundan en el libro las anécdotas cómicas o las trágicas?
La mayoría tienen un toque de humor, pero hay otras más delicadas, que sirven para explicarlas en las escuelas de Turismo al objeto de que los alumnos sepan cómo actuar si se les presenta una situación parecida. Es el caso del director de hotel que estuvo a punto de ir a la cárcel por ordenar limpiar una habitación donde un cliente había intentado suicidarse.

- Ha tenido que realizar una criba porque todos sus recuerdos no cabían en el libro. ¿Se ha quedado fuera alguna historia curiosa? 
Las más significativas están presentes. He tratado de que sea entretenido, hay muchas con personajes conocidos. Aunque los nombres tanto de personajes como de establecimientos son ficticios, doy una pequeña referencia de tiempo y características de los protagonistas para que el lector los sitúe. Cualquiera que lea el libro puede conocer los personajes a través de su descripción. Saben de qué Reina de la casa real europea hablo o de qué presidente del Gobierno.

- Si tuviera que elegir una de las historias, ¿cuál sería?
Las más llamativas son las de los jeques, como al que se le antojó marisco de Galicia en Tenerife y después de traerlo en su avión privado se le quitaron las ganas. Se tuvo que congelar el género a la espera de lo que decidiera y a los tres días lo cedió al personal del hotel para hacer una gran comida.

- ¿Recuerda alguna que no esté en el libro?
Sí, una vez un cliente llegó pidiendo una habitación con ‘LSD’, y el recepcionista, que tenía ganas de ‘cachondeo’ le dijo que eso no iba a ser posible; el cliente insistió en que estaba publicitado y al final, al explicar que lo que necesitaba era conectarse a Internet con su portátil, el conserje le dijo que lo que quería era ‘ADSL’.

- ¿Qué aceptación ha tenido el libro? 
Ha tenido una buena acogida, de hecho desde que salió a la venta, el pasado 25 de enero, se ha agotado en los stocks de Valencia, Tenerife, Galicia, Alicante, La Palma, Málaga, Fuengirola y Marbella. Esto es gracias a la difusión que le han dado los medios de comunicación. Los dos primeros días salió en más de quince medios y casi todos los días concedo entrevistas a medios locales, regionales y nacionales. 

- ¿Qué opina su familia y sus compañeros del libro?
Mis hijas y mi mujer son mis mayores fans. No me esperaba para nada esta repercusión. En Meliá me han ayudado mucho, porque han publicado mi libro en el portal de Internet que incluye los más de 400 hoteles que tiene la cadena por todo el mundo. He recibido correos desde todas partes, en los que me cuentan anécdotas ocurridas hasta en China o en Japón. Sin duda, las redes sociales también ayudan.

- ¿Ha pensado crear algún espacio en Internet para agrupar estas anécdotas o escribir una segunda parte del libro?
Ahora estoy volcado en la promoción, y con las charlas en la radio, en las que desde la asociación ASETHAN (Asociación Emerita de Turismo y Hostelería de Andalucía)  hablamos de la actualidad turística: las prospecciones en las playas, las infraestructuras, la llegada de cruceristas al puerto de Málaga, etc. Además, en estos momentos estoy jubilado parcialmente, y continúo trabajando en el hotel Meliá Costa del Sol de Torremolinos cuarenta días al año. Pero más adelante sí habrá que buscar alguna manera de dar a conocer el resto de anécdotas. 

- Ha tenido varias oportunidades de ejercer puestos superiores a la conserjería, pero los ha rechazado, ¿por qué?
Porque me privaba de la comunicación con los clientes. Cuando llevaba un tiempo en la empresa en la que estaba trabajando me propusieron para un puesto de directivo (un trabajo interesante y de mucha responsabilidad), pero hablar seis idiomas y encerrarme en un despacho me perdía. Prefería estar donde estaba, este trabajo es una vocación. 

- En estos años no ha parado de formarse, y tiene estudios relacionados con el sector turístico, además de ser gestor empresarial e inmobiliario. 
Sí, en mi empresa siempre me han ofrecido la oportunidad de seguir formándome y de aplicar luego esa formación a la práctica. Esto es importante porque si no, puedes llegar a frustrarte. En este sentido, Meliá es una cadena modélica. Soy titulado en Dirección Técnica en Medio Ambiente para hoteles, Formador en Calidad, Diplomado  en  MBA, Relaciones Públicas, hablo seis  idiomas,  ingles ,francés, alemán, italiano, ruso y español  y  Gestor  Inmobiliario.

- Todo eso lo enseña actualmente en las escuelas de Turismo, ¿qué consejos les da a los más jóvenes?
Que se formen, y estén al tanto de las nuevas tecnologías, especialmente las aplicadas a los hoteles. Y, por supuesto, son muy importantes los idiomas, así como el conocimiento de las certificaciones en calidad y medio ambiente, para garantizar que exista un nivel en el sector. Es imprescindible la atención al cliente, que necesita una serie de servicios y el personal tiene que estar preparado para la demanda de estos huéspedes, que es amplia dependiendo si es viaje de ocio o de negocios.

- ¿Cuál ha sido la petición más descabellada que le ha solicitado un huésped?
En el año 72, en el Don Pepe me pidieron unas entradas para una corrida de toros de ‘El Cordobés’ (el padre), que estaba en Colombia, y tuvimos que reservar los billetes de avión, el hotel y contactar con el apoderado para que nos consiguiera las entradas. Esa anécdota es una de las que no está en el libro.

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